Viejo estado "CICLO TIPICO"

Me he encontrado con textos viejos, bastante oscuros y bien a la Artaud.
Si bien me siento bien alejada de algunas sensaciones que describo otras las encuentro super sumergidas en mí.


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Intenté el estado de absurdo imposible para hacer nacer en mí el pensamiento y de allí la comunicación transparente con mi ser.

He probado apuntar a la relojería del alma y transcribo el dolor de ajustes malogrados.

Parezco ser un abismo y por dentro lo soy. La dolorosa conmoción, el duelo, los impulsos y las sacudidas me desarraigan.
Sueño mucho, me levanto tensionada y nerviosa.
Me encuentro absurda caminando en mis pies y me recuesto para hacer renacer las sensaciones de placer seguidas de la elastización del tiempo.
Mi inteligencia fue eventual ,aunque existe dialogo en mi pensamiento, se ha absorbido con la ayuda de mi espíritu. Se la han deborado.
No despego de lo irreal porque al aumentar la posibilidad de decepción y de dolor, debo disminuir el contacto con el mundo real.
Exteriormente parálisis y selva interior, dinamitas en el reino de las emociones y vómitos de imágenes.
Cuando intento encontrarme no se donde buscar. Mi pensamiento por momentos puede coexistir en mi reino y en lo cotidiano (a medias), por eso vivo corriendo incompleta y, por ello, no me alcanzo.
Es algo cíclico y destructivo, para pensar necesito mimos y abrazos sofocantes potenciados por el tridespliegue de mi “yo”, así me muevo y me vuelvo a ahogar.
Sospecho que la nostalgia inmunda será eterna considerando la extinción de las nubes, la inmortal impotencia y mis insensatas esperanzas.
No se si la fijación desconfigurada es y si la retención de vibraciones logra ser saludable.
Me pierdo pensando y no reconozco los recovecos.
Soy esa especie de PENSA – NERVIOS: La estación incomprensible y bien ergida en el centro de todo y en el espíritu.
Mi imaginación es una sensibilidad pobre y aguda que me impide enfrentar la realidad.
Desequilibrio, inestabilidad, derrumbe de mi persona física, ausencias y aplastamientos.
Los reflujos de mi alma se conjugan con la idealidad absoluta del espíritu.
Cuando aparecen los pensamientos de evasión me lanzo en una falsa pista señalada por el cierre de una puerta y la apertura del pensamiento libre se complace de engañarme ya que sabe traerme placer, aunque la constante de la normalidad pasa a ser inconstante.
Soy la única testigo de las transformaciones de mis pensamientos y de mis sensaciones (siempre en voz baja) generalmente abortadas, perpetuadas, juzgadas, negadas y trituradas.
Viro... ya no por la mera perfección ni solo por la inquietud constante, sino porque se vuelve sustancia el dolor de estar aprisionada en mi cuerpo, en una sociedad culturalmente analfabeta y organizada para que nada funcione, conspirada solo en la pérdida cotidiana de la vida.
Me voy encontrando y esa reconexión conmigo misma me aterra, ya que si bien hay mucha vitalidad está escindida y culmina en la aislación.
Viva con obligación / necesidad de escapar y la fantasía siempre viene a mí.
En ocasiones ni siquiera puedo decantarla en un material, ¡soy tan egoísta!
Todo debe pagarse con angustia, vivir y sentir me da vértigo. Las fuerzas me van dejando.
Soy imbecil por mal – formar pensamientos que tienen costos altos, pero confieso que ellos me mal formaron a mí.
Mis preocupaciones transmutan a ocupaciones ansiosas, pero en medio de la niebla..
¿Debo hacerme o rehacerme? ¿Recuperarme o rehacerme?
¿Alguna vez sanaré?
¿Qué cosas de mi no son desechables?
Estas asquerosas dicotomías tan desagradables como el sistema psiquiátrico neuquino.