viernes, 14 de septiembre de 2007

Espera I

Tengo las alas. Un ademan las acompaña casi triunfante. Aplaudo y el tornasol de una mirada me encuentra en la frontera. Enciende, dispersa y acopla razones de encuentros.

Estoy viviendo en los glaciares. Me siento ingenua porque pensé que el brindis de azabache podría modificarse

Perpetua y provisional la ansiedad encienden al coro que calcula el próximo delirio biológico que trae delicias tortuosas inmaculadas. Se trata de un recreo para mis fantasmas que eclipsan lo insensato. Contenidos esteriotipados en torno a C.P.I. (curioso pero inútil).

La celda. Ese cubo minimalista logra degradarme, al igual que el ser parte de todas las funcking minorias.

El problema no son las minorías, sino la demagogia de las mayorías, que al ser masivamente más, disparan proporcionalmente hacia vulnerabilidad.

¿Será hora de siembra? ¿de expediciones? ¿de levantar ángeles caídos?

¿de espera?

La espera se ha vuelto muy molesta, sobre todo considerando que cuando espero en otro lugar pasan cosas. Es molesta porque algo se resuelve en otro lado mientras espero, algo sigue dejándome al margen, algo que importa, algo que espero.



Esperaré

un poco

más

1 comentario:

Anónimo dijo...

No mientas! Los compulsivos no esperamos!