martes, 4 de septiembre de 2007

De TrAsNocHe

Casi como una ráfaga del más preciado de los silencios se sobrevuela el ambiente con la idea de colores que pintan el ser. Así, explotando en joyas inmortales, yo vengo despacio, latente y tranquila a ofrecerte un poco más, mientras mi libertad dispara un caos infantil surge un rechazo: despierto, me esclavizo y creo llegar. La real pregunta es: todo.
Todo... extraño navegante del espacio. ¿Por qué llegaste a creer en mí? Acá ¿estamos? Una señal de este ensueño me murmura líneas plateadas, un androide de ese tal Dios.
Dios... estrella reversible del espacio que inventa el tiempo, disminuye esta nada y por favor... por favor dejame, si sentís mi ser, un número 2. Segundos laten paralelos pero sin perseguir ni pulsear.
Verdad: - Mentime para encontrarme, algo mas de lógica para transparencias dimensionales de metal o de carne, de lágrimas, de sol y del viento constante que aturde mis neuronas. Gustito a fuego que sube como el invierno por el plástico de mi blindaje. Solo visible para los ojos que apadrinan mis espaldas. (Risotadas)
Acercate... deja de temernos. ¿Ilusión de amor? ¿En qué mes? Caemos en la dirección out.
Out y el cúmulo de mis fuerzas, prensado en un travel to ski. Pesos balanceados que en saliva duran o suelen durar, un poco más.

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