Estrategias

¿A quien culpar si algo hermoso ilumina mis ojos?
Seguramente, la sorpresa de saber que la vida es tu sonido, escapa a cualquier presagio de amor.
Mientras... me seduce la salvación en sus tres dimensiones

Del lado a) “Alas”

Las alas siempre están alertas para desplegarse. Su objetivo es mostrarme que la realidad no se limita a mi situación. Ellas son más que útiles. En un principio me pedían que salte con energía cuando las sintiera brotar de mi espalda.
Si bien soy conciente que tus poros se mantienen congelados, defino esta dimensión concentrándome en un solo factor: Evitar cualquier posibilidad de sufrimiento.
Confió en que no voy a caer. Quiero que sepas que desde lejos veo más de lo que veo.

Del lado b) “Manos”

Temprano despiertan. Solo en determinadas circunstancias se comunican conmigo y lejos se esconden en la indefinición de diálogo.
Cuando el ambiente se vuelve tibio, mis manos vienen a mí y hacen factible que salga de paseo.
Sigo practicado encontrarme con ellas aunque lamento caminar simultáneamente en distintas direcciones. Se siente como morder el carozo que atrapa la luz del sol.
Si bien soy conciente que ya aquí mis poros no se mantienen congelados, defino esta dimensión concentrándome en un solo factor: Evitar cualquier posibilidad de sufrimiento.
Confió en que no voy a mantener el silencio. Quiero que sepas que desde lejos creo más de lo que creo.


Del lado c) “Piernas”

Sostengo una sonrisa. Las piernas se empeñan en trasladarse tranquilas y aseguran triunfantes ganar la campaña. Si cierro los ojos de ellas me olvido cayendo al perfume del fondo del río. Busco eso simple que cuido en el vientre, que arde y diseña besos infinitos.
Si bien soy conciente de tus poros y de los míos, defino esta dimensión concentrándome en un solo factor: Dejar de masacrar el deseo ante cualquier posibilidad de dolor.
Confió en que no voy a traumarme. Quiero que sepas que desde mi siento futuro incierto y no se si es más de lo que es cierto.