Bipolar CNN

Las sensaciones nacen sin concretar epicentros, haciendome insaturable, super irreductible y explosiva.

Mi ansiedad chorrea invalidez. Azul, muy azul, frío. Rojo, muy rojo, calor. Rojo, azul, no violeta ni calidez. Miedo, desconcierto, desnuda, ternura, pocilga sonriente, maldita tranquila intranquilidad.

Ojos, lunar, luna. Tu primer beso en primera plana, mi primer beso atrasado despierta en la marea y vuelve al mar, mar adentro, mar, mar marea el mar, marilandia.

En Marilandia excitación inconsciente, desastre, desapruebo: a febrero "didáctica amorosa". Se que mi yo se la lleva, mi otro yo se la queda y a mi super yo no le importa.
Voy, vienes, vamos, iremos, volvemos y voy de nuevo. Odio la no lucidez, busco a ese tal Aristóteles que opinaba sobre todo, tal vez escribió sobre mi estado agridulce.
Volátil cosmovisión bipolar, bisexual, binominal, bizarra, pizarra, pisa pizarrones, pizarrones vacíos, periodo de evaluación complementaria.
Vacíos los juicios, los juicios incoherentes que condenan lo ajeno modificando lo lábil por lo perpetuo. Presión, poder, deber.
Pizarrones ausentes, marrones los chicos, chico el espacio de educación real en la institución. Mentira la escuela que educa, llena de monstruos insensibles que ya no se dejan amar.
En el disturbio tus besos, más desnudez sin preguntas, más lejos, más dentro, más, más, más...
Me pregunto si es que mis alumnos no saben, no estudian, no aprehenden o no pueden comunicarse, o no puedo comunicarme. El mandato: un número absurdo que ni siquiera es real.
Teléfono y de nuevo algodones, timbre y planillas y llantos y besos y ahora... ¿Dónde estará mi yo?